miércoles, 30 de octubre de 2013

TARTA TELECASTER


 
El pasado 28 de octubre fue el cumpleaños de mi hijo, así que decidí sorprenderle uniendo  dos de sus  grandes pasiones: la tarta de queso  con frutas del bosque y la guitarra telecaster,  a la que debe fidelidad rockera.
 
Ingredientes:

100 gr. Galletas tipo digestive
50 gr. Mantequilla
300 gr. Queso en crema
300 gr. Nata para montar
1 Chorrito de leche
4 Cucharadas de azúcar
Medio sobre de gelatina en polvo (unos 5 gramos)
Mermelada de frutas del bosque
Pasta de fondant blanco (opcional)

Preparación:

Si se opta por decorar esta tarta con figuras de fondant, hay que tener en cuenta que éstas tardan unos días en secarse. También se pueden comprar ya hechas o, simplemente, disfrutar de este pastel sin necesidad de los adornos.
Para comenzar a elaborar la receta, lo primero es preparar la base. Para ello, se  pone a derretir la mantequilla unos segundos en el microondas. En cuanto a las galletas, para triturarlas, basta con meterlas en una bolsa de plástico de las que sirven para congelar y machacarlas con ayuda de un rodillo. Una vez deshechas, se mezclan bien con la mantequilla y se ponen como base de la tarta en un molde desmontable. A continuación, se introduce unos minutos en el congelador para que se endurezca esta mezcla.
Para elaborar el contenido de la tarta, hay que derretir en un cazo a fuego lento el queso con la mitad de la nata (150 gr.) y el azúcar, batiendo con una varilla para deshacer los grumos.
En una fuente seca, se vierte la gelatina en polvo y se diluye con ayuda de la  leche fría. Cuando la mezcla de queso, azúcar y nata empieza a hervir, se une a la gelatina, mezclando bien y colándolo a continuación a otro bol donde debe enfriar.
La nata restante se monta y, una vez la mezcla con el queso está fría, se une todo con movimientos envolventes. Se vierte sobre la base de galleta y mantequilla y se deja reposar unas horas en el frigorífico, hasta  que está cuajada.  Por último, se cubre con una capa de mermelada y se desmolda y decora, si se desea, con figuras de azúcar. 

Consejos:

Las figuras de azúcar comienzan a distorsionarse y derretirse cuando se ponen sobre la tarta, por lo que no deben colocarse con mucha antelación.
En cuanto a la recomendación de triturar las galletas dentro de una bolsa de congelación, la razón es que éstas son más resistentes que las bolsas de envolver bocadillos, por ejemplo.
Por último, un consejo más: que la mermelada sea de calidad.

lunes, 21 de octubre de 2013

TORTILLA DE PATATAS CONFITADAS CON AJO Y PEREJIL


La tortilla de patatas con ajo y perejil debe ser una herencia familiar, ya que en ningún otro lugar me la han servido. Mi toque personal es hacer las patatas a muy baja temperatura, para que cuezan en el aceite, en vez de freírse.
 
Ingredientes:
1 k. Patatas
6 Huevos camperos (aproximadamente)
Aceite de oliva virgen extra
Sal
2 dientes de ajo picados
1 Ramillete perejil fresco 
Preparación:
Se pelan las patatas y se cortan en forma de media luna, de medio centímetro de grosor aproximadamente.
En una sartén honda y grande se pone a calentar el aceite.
Una vez están todas las patatas cortadas, se salan y se ponen a freír a fuego bajo, para que se confiten en el aceite y no lleguen a dorarse. Deben quedar blandas, sin  importar que se rompan. Cuando las patatas casi están, se hace un  hueco en el centro de la sartén y se ponen los ajos picados para que cojan temperatura. Posteriormente se saca todo a un escurridor para que suelte el aceite sobrante.
Mientras tanto, se baten los huevos, se les añade la sal y el perejil picado. Se incorporan las patatas con los ajos y se une todo bien.
En una sartén antiadherente, se echa una cucharada de aceite y, una vez caliente, se vierte la mezcla anterior y se hace la tortilla más o menos cuajada, según el gusto de los comensales.
Consejos:
Los huevos camperos suelen ser más pequeños,  por lo que si se usan normales quizá la tortilla necesite menos. Además, dependerá de las patatas, ya que las nuevas tienen más agua.
La patata a baja temperatura absorbe más aceite, por lo que es tan importante ponerlas en un escurridor para que la tortilla no resulte aceitosa. 

jueves, 10 de octubre de 2013

SOLOMILLO A LA MOSTAZA CON YUCA FRITA



 

Una receta fetiche y muy sencilla que forma parte de mi cocina cotidiana  desde hace años.  La guarnición de yuca ha sido una incorporación posterior muy aplaudida en casa.
 
 
 
 

Ingredientes: 
2 Solomillos de cerdo
Mostaza de Dijon
1 Copa de vino blanco
200 ml. Nata para cocinar
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
1 Yuca grande 

Preparación:

Se pela la yuca, se corta en trozos gruesos y se pone a cocer en abundante agua salada aproximadamente media hora (hasta que se pinche fácilmente).
Mientras tanto, se va preparando la carne. Para ello, se salpimientan los solomillos y se embadurnan con la mostaza. En una cacerola amplia se ponen unas dos cucharadas de aceite de oliva y, cuando está caliente, se doran por ambos lados. Una vez sellada la carne, se agrega el vino blando. Cuando ha evaporado el alcohol, se añade la nata y se deja a fuego lento hasta que la salsa queda cremosa. Se prueba y se rectifica de sal si es necesario.
Una vez la yuca está cocida, se pasa a un escurridor, se le rocía un poco de zumo  de limón, y se corta en bastones del tamaño que se quiera. Se fríe en abundante aceite de oliva caliente hasta que está dorada. Se pasa a un plato con papel absorbente y se degusta como acompañamiento del solomillo.  

Consejos:
 
Si el solomillo se prepara con antelación, hay que tener en cuenta que la salsa espesa, por lo que es conveniente dejarla un poco más líquida que si se va  a consumir de forma inmediata.
Esta receta también queda estupenda con filetes de pechuga de pollo.
En cuanto a la guarnición, la yuca es una deliciosa alternativa a las clásicas patatas fritas.
Este plato también suelo acompañarlo de arroz basmati con pasas y piñones. 

viernes, 4 de octubre de 2013

SALMONETES SOBRE TARTAR DE TOMATE ROSA Y EDAMAME


Debo reconocer que el tomate rosa de Huesca ha sido mi último descubrimiento  culinario y me tiene enamorada. Es dulce, carnoso y tiene un precioso color que “combina con todo”, incluso, con el anaranjado del salmonete. Y qué decir con el verde de la soja. ¡Hay que probarlo!

Ingredientes:
4 Salmonetes
2 Tomates de la variedad rosa de Huesca
Un puñado de vainas de edamame
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre Forum
1 Limón
Sal
Sal en escamas 

Preparación:     
Precalentar el horno a 200 grados por ambos lados.
Limpiar los salmonetes sacando los lomos sin espinas.
Pelar y cortar en cuadraditos los tomates. Ponerlos en un bol con  sal, vinagre Forum y aceite de oliva virgen extra.
Abrir las vainas de edamame y sacar las semillas de soja. Reservar.
Para hacer los  salmonetes y conservar todo el sabor de éstos, prefiero usar la técnica del papillote. Si no se cuenta con un recipiente especial para este fin, se puede hacer con papeles de aluminio o de horno.  
Sobre  una hoja grande de cualquiera de esos dos tipos de papeles, se ponen los lomos de los salmonetes  unas vez salados. Se les echa un chorrito de zumo de limón y de aceite de oliva virgen extra y se cierra doblando cuidadosamente todos los lados, como si fuera un sobre. Se colocan sobre la bandeja de horno  y se introducen en éste durante unos 5 minutos. Cuando el papillote se hincha, es señal de que el interior está en su punto.
En el momento de emplatar, nos ayudamos de un molde para poner una base del tomate aliñado y escurrido. Se añaden las semillas de soja y, por último, se colocan los lomos de los salmonetes. Finalizar vertiendo un hilo del jugo soltado en el papillote y sal en escamas.

Consejos:
Hay que ser muy cuidadoso a la hora de limpiar los salmonetes, ya que si quedan espinas es muy desagradable al comerlos.
Por otra parte, me he referido a los utensilios que cocinan con la técnica del papillote. Tengo que recomendar el de la marca Lékué, lo compré hace tiempo cuando  salió al mercado y estoy encantada, pero también debo decir que con el aluminio o el papel de horno se consiguen excelentes resultados. En estos casos  siempre hay que valorar si el desembolso económico está justificado con el uso. Para mí sí, porque lo utilizo mucho para cocer verduras y pescados en el microondas, además de ser apto para el horno tradicional.