El
pasado 28 de febrero el corazón le sacó la tarjeta amarilla a Javier, mi
marido. Un infarto, que afortunadamente puede contar, nos ha advertido sobre la
necesidad de abandonar ciertos hábitos
dañinos, tomar algunas precauciones y así evitar la roja. Para celebrar su
regreso a casa, confeccioné esta nueva receta que resultó ser del agrado del
convaleciente e invitados.
Ingredientes:
150 gr. Harina de trigo normal
150 gr. Harina de trigo integral
250 gr. Azúcar de caña
1 Sobre de levadura en polvo
300 ml. Leche desnatada
300 ml. Aceite de oliva virgen extra
Un puñado de arándanos deshidratados
Un puñado de nueces de macadamia crudas y sin sal
1 Puñado de ciruelas pasas
Aceite de oliva y
harina para forrar el molde
Azúcar glas para decorar
Preparación:
Se precalienta el horno durante diez minutos a 180 grados,
encendido solo en la parte inferior. Se mezclan las harinas con la levadura y el azúcar. Después, se vierte la leche, se
integra, y se añade el aceite. Se bate todo bien con una varilla manual y,
cuando no queda ningún grumo, se echan los frutos secos; en el caso de las
nueces y las ciruelas, es mejor trocearlas un
poco antes de agregarlas a la masa.
Elegir un molde
amplio, ya que el bizcocho sube bastante. Forrar el interior con aceite y
espolvorear con harina para evitar que se
pegue. Añadir la mezcla y meter en el horno durante unos 30 minutos o hasta que
al pinchar la masa con una aguja, ésta salga limpia. Sacar del horno en cuanto esté listo y, una
vez frío, decorar con azúcar glas.
Consejos:
Este bizcocho es cardiosaludable y, por tanto,
conveniente para cualquier persona, tenga o no problemas de corazón. No
obstante, los ingredientes se pueden alterar al gusto de cada uno, haciéndolo
con otros frutos secos, con o sin harina
integral, con azúcar blanquilla o con leche entera. De lo que puedo dar fe, es
de que está buenísimo y, si encima es más sano, pues mejor para todos, ¿o no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario