Me
excuso, pero conste que el parón bloguero ha sido justificado tras recibir en
casa la visita de una mala compañía llamada gripe. Con esta intrusa, he estado
bailando la canción de Ricky Martin, un pasito pa,lante y un pasito pa,tras, en
mi ascenso y caída febril. El caso es que para celebrar mi recuperación, decidí
darme un atracón de chocolate, pero no de cualquier forma, sino con una sutil y
a la vez contundente mousse.
Ingredientes:
200 gr. Chocolate para postres
4 Claras de huevo
3 Yemas
1 Cucharada de azúcar
1 Cucharada de mantequilla
1Cucharada de brandy (opcional)
Sal
Preparación:
Poner a fundir al baño maría el chocolate con la
mantequilla.
Mientras tanto, se baten bien las yemas con el azúcar y
se añade la cucharada de brandy. Reservar.
Se echa una pizca de sal a las claras y se montan a punto
de nieve fuerte.
Una vez el chocolate está bien derretido, se une a las yemas.
El último paso es el más delicado, ya que hay que ir
agregando las claras montadas con ayuda
de una espátula y con movimientos envolventes para que no se pierda el efecto
espuma característico de este postre.
Finalmente, solo
queda distribuirlo en las copas o vasos elegidos y enfriar en la nevera al
menos dos horas antes de consumir.
Si te ha convencido el título de mi receta y optas por presentarla
on the rocks, ten preparado un bol de
hielo picado y, en el momento de servir, coloca cada recipiente con la mousse
dentro de otro con hielo. Para este fin,
te sirven muy bien las copas de coctel de marisco que tienes olvidadas en casa.
Consejos:
En primer lugar, me gustaría explicar el porqué del
hielo. La mousse me gusta muy fría, si bien nunca llega a alcanzar temperaturas
muy bajas por su propia naturaleza. Este es el motivo por el que opté por
montarla sobre una base de hielo picado.
El punto de nieve de las claras debe ser fuerte, es decir, que se pueda volcar el bol sin
que las claras se muevan.
En cuanto al chocolate, se puede fundir en el microondas,
pero hay que vigilarlo constantemente para que no se queme. Asimismo, hay que
batirlo y atemperarlo un poco antes de unirlo a
las yemas para que éstas no cuajen.
Otras dos apreciaciones son las relativas al azúcar y al
brandy. Esta mousse no queda muy dulce, ya que para mí el sabor del chocolate
es lo primordial, por lo que es posible que a algunas personas les vaya mejor
doblar la cantidad de azúcar.
En cuanto al brandy, es fácilmente sustituible por el
licor que más guste o directamente eliminarlo de la receta. Sí es importante
agregarlo a las yemas, ya que si se echa directamente al chocolate fundido
puede enfriarlo en exceso y formar grumos.
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