Esta
receta es muy simple y fácil de preparar, pero puede convertirse en un bocado
exquisito o vulgar, dependiendo de los
productos elegidos para elaborarla. Merece la pena invertir en buenos
ingredientes para que el aperitivo sea tan bueno que corramos el riesgo de
ensombrecer al plato principal.
Ingredientes:
8 Tomates cherry frescos
16 Mitades de tomates cherry secos (hidratados en aceite)
8 Aceitunas rellenas de anchoas
8 Perlas de mozzarella de búfala
Albahaca fresca
Sal en escamas
Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Se enjuagan los tomates frescos y se cortan por la mitad.
Los secos hidratados en aceite, se escurren para que
no resulten demasiado grasientos.
Se eligen las hojas de albahaca más bonitas, se lavan y
secan.
Las perlas de mozzarella se colocan en un escurridor para
que no lleven exceso de jugo.
A continuación, se procede a montar cada brocheta. Unas,
se hacen con la mitad del tomate fresco, una hoja de albahaca, la mozzarella,
otra hoja de albahaca y la segunda mitad de tomate.
Las otras, se elaboran con una mitad del tomate cherry
hidratado, una hoja de albahaca, una aceituna, otra hoja de albahaca y se
cierran con otra porción de tomate.
Por último, se riega con un hijo de aceite de oliva
virgen extra y un toque de sal en escamas sobre los tomates frescos.
Consejos:
Se pueden hacer como se quiera, alterando los
ingredientes como más guste o prescindiendo de los tomates secos, aunque,
cuando son buenos, resulta un manjar.
Los tomates cherry hay que elegirlos muy frescos y duros,
ya que suelen vender algunos envasados que
no son aconsejables. Siempre que se pueda, mejor comprarlos en su
rama.
Las perlas de mozzarella de búfala también se distinguen
fácilmente de otras de inferior calidad al abrirlas. Mientras que las primeras
tienen un interior cremoso que se expande al morderlas; las segundas, mantienen la consistencia sólida con un corte intacto.
Por último, las aceitunas rellenas de anchoas. Desde niña
me encantaba abrirlas para comprobar el interior y, esa pasta
indescriptible que presenta la mayoría,
no puede calificarse como anchoa.
Quizá alguien piense “cuánta tontería para un aperitivo”,
pero creo que, como consumidores, a los que no nos regalan nada, debemos exigir
calidad a cambio. El esfuerzo de pagar debe verse compensado por la exigencia
de los que nos sirven sus productos.
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