Una
propuesta sencilla y rápida para dar salida a ese dulce de membrillo que lleva
meses en la nevera o preparar una merienda con tan solo cuatro ingredientes.
Ingredientes:
12 Obleas para empanadillas
120 gr. Dulce de membrillo
Un puñado de nueces
Azúcar glas
Preparación:
Se aplasta el dulce de membrillo para hacer una especie de
pasta y se le añaden las nueces troceadas.
Sobre cada oblea de empanadilla, se pone un montoncito de
la mezcla anterior, suficiente para que no quede hueca, pero no tanto como para
que se salga el relleno al cocinarla.
Se humedecen los bordes de las obleas con un poco de agua y
se cierran, bien del modo tradicional o, como en el caso de esta propuesta, en
forma triangular.
Se hornean a 180 grados unos 15 minutos o hasta que están
doradas.
Se espolvorean con azúcar glas y se sirven templadas o
frías.
Consejos:
Al relleno también se le puede añadir queso manchego,
cualquier otro fruto seco o fruta fresca. Asimismo, se puede rebozar en una
mezcla de azúcar con canela, o servirla
con salsa de frambuesas o una crema inglesa. Mi receta es un primer paso dar
rienda suelta a tu creatividad.
En cuanto a la manera de cocinarla, yo he propuesto el
horneado por tratarse del más ligero, pero el crujiente de la fritura es muy
adecuado para las empañadillas y, por tanto, también para las dulces.
Respecto a la forma de cerrarla, la realizada por mí es más
aconsejable para hornear, ya que precisa menos manipulación y riesgo de abrirse
que en el caso ser fritas.
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