Mi
objetivo era conseguir un pastel de verduras ligero y que verdaderamente lo
fuera, ya que es decepcionante leer ese titular
y encontrarse entre los ingredientes
algunos tan calóricos como la nata o la mantequilla. El único más controvertido podría ser el jamón,
pero la cantidad utilizada es mínima y el aporte de sabor, mucho.
Ingredientes:
1 Calabacín grande
2 Tomates rojos
3 Patatas medianas
60 gr. Jamón serrano o ibérico (lo más magro posible)
2 Dientes ajo
1 Ramillete hierbabuena fresca
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta recién molida
Preparación:
Se cortan las patatas y el calabacín muy finos con una mandolina o
con un cuchillo bien afilado.
Para evitar que la patata quede dura, se fríe brevemente en
abundante aceite de oliva, sin que
llegue a dorarse. Se pone en un colador para que se desprenda la mayor cantidad
de grasa.
En un molde apto para horno, se distribuye una primera capa
de patatas espolvoreadas con sal y pimienta.
A continuación, otra de calabacín también salpimentado.
En cuanto a los tomates, no pasan bien por la mandolina,
por lo que se cortan en rodajas finas con un cuchillo y se cubre con ellos el
calabacín.
En una picadora, se introduce el jamón y los dientes de ajo
pelados. Se trituran y se añaden unas hojas de hierbabuena y un chorrito
generoso de aceite de oliva virgen extra.
Se vuelve a dar un toque de picadora y se vierte esta
mezcla sobre los tomates.
Se coloca sobre lo anterior otra capa de patatas y se termina con una de calabacín,
montando unas rodajas sobre otras para que quede bonito y no se abra al hornear.
Se pinta con un poco
más de aceite y se introduce en el horno precalentado a 180 grados durante unos
35-40 minutos, hasta que la superficie
comienza a dorarse.
Consejos:
Si no te convence freír las patatas siempre puedes recurrir
a cocerlas o hacerlas en el microondas unos minutos. Personalmente la textura y
melosidad de la patata frita a baja temperatura me gusta y creo que aporta
mucho a cualquier preparación. Lo que si recomiendo es escurrirla bien para que
no lleve un exceso de aceite.
Un alimento que me fascina y del que deliberadamente he prescindido
para no sumar calorías es el queso, tanto para gratinar como para intercalarlo
entre las verduras.
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