Carbono
14 tocaba en Ibiza y no había mejor excusa para una escapada familiar. Allí nos reunimos con nuestros amigos Xescu, Silvia, Sara y Paco. Xescu y Silvia
son buenos conocedores de tan bella isla, de hecho, son los autores de las
mejores guías: ‘Ibiza 5 sentidos’, tanto en formato impreso como en Internet a
través de la web del mismo nombre. Además, trabajan intensamente para dinamizar
la oferta turística isleña, como las recientes y exitosas gastrojornadas.
Contar con estos anfitriones de lujo nos ha permitido disfrutar de lugares de
ensueño. Gracias a Xescu conocía ya muchos platos típicos, pero no había
probado el flaó, un pastel de queso y hierbabuena que me sorprendió. Sara, la
gourmet y experto paladar más precoz que he conocido nunca, tuvo la generosidad
de confesarme la receta.
Ingredientes:
(Sara lo elabora a lo grande; yo lo hice con
la mitad de las cantidades
indicadas y me salieron 8 raciones)
Para la masa:
4 Huevos
Ralladura de la piel de un
limón
80 ml. Anís
1 k. Harina
400 gr. Azúcar
100 gr. Manteca de cerdo
1 Sobre de levadura
80 ml. Zumo de limón o de
naranja
Para el
relleno:
830 gr. Queso fresco
500 gr. Azúcar
Ralladura de un limón
pequeño
5 Huevos
9 gr. Hierbabuena fresca
Preparación:
Precalentar el horno a
200 grados.
Mientras, se elabora la
masa. Para ello, se baten los huevos y
se añade el azúcar, removiendo hasta que
quede disuelto. A continuación, se agregan los demás ingredientes en el orden
escrito y se amasa. Se tapa con papel
film y reserva.
Para el relleno:
Deshacer el queso en la
picadora y, cuando esté bien desmigado, ponerlo en un bol grande.
Se corta la hierbabuena
en trocitos pequeños, menos 6 hojas que se reservan para decorar.
Incorporar los ingredientes que quedan y
remover con una cuchara durante un minuto y medio.
Para
el montaje, se aplana la masa con la ayuda de un rodillo y se coloca en el molde, fijándola bien por los bordes.
Se
rellena con la mezcla de queso y se decora con las hojas de hierbabuena
reservadas para este fin.
Meter
el flaó en el horno 15 minutos a 200 grados y, pasado este tiempo, bajarlo a
180 grados el tiempo restante, unos 20 o 25 minutos más.
Servir
frío.
Consejos:
Es
importante que la masa quede fina para que no resulte dura a la hora de
cortarla y comerla, pero no tanto como para no aguantar el relleno. Si sobra,
se puede congelar para hacer otro flaó o cualquier otra preparación dulce que
necesite una base de este tipo.
En
cuanto a la manteca de cerdo, yo la sustituí por una margarina ligera y añadí
un chorrito de aceite de oliva virgen extra para compensar. Pero si no hay
problemas de colesterol, la manteca de cerdo me parece la mejor opción.
El
flaó resiste muy bien el paso del tiempo, diría, incluso, que está mejor tras
unas horas.
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