La
cecina era un producto infravalorado en casa hasta que un día se me ocurrió echarla
en la ensalada. Mi intuición no falló y, desde entonces, es un recurso que
aporta un sabor y un color intensos, a la vez que agradablemente diferente.
Ingredientes:
2 Bolsas de ensalada de brotes tiernos (o la variedad de lechuga
preferida)
1 Tomate grande y carnoso
2 Aguacates
12 Nueces (mejor si se limpian en el momento)
2 Lonchas grandes de cecina
1 Cebolleta
1 Limón verde
Aceite de Oliva virgen extra
1 Cucharada de mostaza de Dijon
1 Cucharadita de miel
Sal
Pimienta
Preparación:
Se procede a tener todos los ingredientes listos para
montar la ensalada:
- Se
pela y pica el tomate.
- Se
quita la piel a los aguacates, se saca el interior con una cuchara y se trocea
en dados o gajos, como guste.
- Las
nueces se limpian y parten en trocitos no muy pequeños para que no se pierdan
entre los ingredientes.
- Se
corta la cebolleta en juliana.
- Con
las lonchas de cecina hacemos unas tiras largas de un centímetro
aproximadamente.
- Se
prepara la vinagreta poniendo en un bol el zumo del limón, al que se añade
la mostaza, la miel, un toque de
pimienta recién molida, sal y aceite de oliva virgen extra. Se mezcla bien con
un tenedor para que emulsione.
- Por
último, se sacan del frigorífico los brotes tiernos ya limpios y se monta la
ensalada poniendo en una fuente grande todos los ingredientes menos la cecina. Se
remueve bien para que se impregnen de la vinagreta y, por último, se decora con
las tiras de cecina.
Consejos:
Los brotes tiernos que venden ya limpios
están ricos y supone una comodidad, pero
hay que reconocer que degustar una batavia, hoja de roble o lollo rosso bien
frescas y que de tiempo a lavarla y secarla, es una gozada. A pesar de ello,
tengo la experiencia de llevarme a casa un estupendo ejemplar de los
anteriormente expuestos y que, tras costarme meterlo en el frigorífico, acaba
aplastado y mustio porque esos días no apetece ensalada.
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