Cada verano, el bonito pueblo malagueño de Teba homenajea
al escocés Sir James Douglas, quien dejó su vida en el Castillo de la Estrella
al unirse a las tropas de Alfonso XI en su lucha contra los musulmanes. El azar
quiso que fuera a parar a esas tierras, cuando su destino era llevar el corazón
embalsamado de su rey Robert the Bruce a
Jerusalén. Esta casualidad
histórica es merecida excusa para que escoceses, tebeños y turistas de
cualquier rincón se reúnan, coman, bailen, canten y beban en una curiosa
fiesta. A todos ellos, por su
hospitalidad, dedico esta versión del típico postre escocés.
Ingredientes:
250 gr. Queso fresco desnatado (o nata montada si se
quiere más contundente)
200 gr. Fresas
200 gr. Frambuesas
2 Cucharadas soperas de avena en copos
1 Cucharada de azúcar de caña
1 Chorrito de miel
2 Cucharadas soperas de whisky
Azúcar glas
Preparación:
Colocar los copos
de avena bien extendidos en una bandeja y
espolvorearlos con el azúcar de caña. En el horno precalentado a 180
grados, dorarlos ligeramente.
Limpiar y lavar las fresas y frambuesas y secarlas bien.
A continuación, se mezcla con una varilla el queso fresco
con el whisky y la miel.
Para montar el postre, se pone una base de la mezcla del
queso.
Sobre la anterior,
unos copos de avena azucarada.
Seguidamente, unas
fresas troceadas y unas frambuesas.
Se añade otra capa de queso.
Para finalizar con más copos de avena y unas frambuesas decoradas
con azúcar glas.
Consejos:
Este postre tenía todos los ingredientes para hacer de él
una receta cardiosaludable, a excepción de la nata. Por esta razón, la he
sustituido por un queso fresco desnatado, que, aunque no es el crowdie escocés,
es el más parecido. Los demás productos son perfectamente permitidos en una
dieta baja en grasas, incluso el whisky, ya que en pequeñas cantidades es
recomendable.
En cuanto a la avena, aparte de mencionar que
protege las arterias y es muy aconsejable,
hay que tener precaución al hornearla o tostarla, ya que se quema con
facilidad.
Por último, confesar mi predilección por el azúcar de
caña, me encanta ese toque a caramelo
que confiere. Ojo, no todas son de caña de verdad. Para asegurarse, lo mejor es
comprarla en herboristerías.
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