Tras
años de consumirla en casa y
restaurantes, he decidido darle protagonismo en este blog a este
delicioso queso fresco italiano de nombre burrata y con forma de saco. Quizá no
lo había hecho antes por la excesiva
simplicidad del plato, lo que evidentemente es un error, ya que, como en tantas
cosas, en la sencillez está la sublimación.
Ingredientes:
1 Burrata
1 Tomate corazón de buey (u otro grande y carnoso para
ensalada)
Aceite de oliva virgen extra
Sal en escamas
Pimienta recién molida
Brotes de albahaca fresca
Preparación:
Lo único complicado de este plato es encontrar la
burrata, ya que es un producto que suele llegar a tiendas especializadas una
vez a la semana y su consumo debe ser casi inmediato.
Una vez la tenemos,
la sacamos del jugo que la conserva y
la desprendemos de todo envoltorio.
Lavamos el tomate y lo cortamos en gajos. Si es bueno, no
es necesario que lo pelemos, ya que su piel será muy fina.
Colocamos la burrata sobre el plato donde la vamos a
servir y la rodeamos con los gajos de tomate. Justo antes de consumir, rompemos
la burrata cortándola en cuartos y aliñamos todo el conjunto con la sal, el
aceite y la pimienta, para terminar con la albahaca.
Consejos:
Uno de los inconvenientes de este cremoso queso es que
hay que consumirlo de una vez, no es posible hacer la mitad y guardar el resto,
ya que su interior, parecido a una nata espesa, se agria.
También advertir que no se trata de un producto barato; una
burrata de 250 gramos cuesta aproximadamente
seis euros, aunque depende del establecimiento. Merece la pena encargarla
a nuestro charcutero de confianza para que nos proporcione una de calidad y sin
costes excesivos.
Por último, aconsejar los tomates secos hidratados como
alternativa a los frescos cuando no dispongamos de éstos. Por lo demás,
cualquier ingrediente vale para acompañar tan rico producto, siempre que no
enmascare el exquisito sabor de éste.
Como bien dices muchas veces lo mas simple es lo mas sublime. Exquisito plato.
ResponderEliminarFelicidades