Como
tantas y tantas recetas, este plato surge de la necesidad de aprovechar un alimento
sobrante. En este caso, un trozo de
merluza que, lógicamente, no estaba dispuesta a desechar. Croquetas y rebozados
son alternativas estupendas, pero no
cuando acecha el colesterol, así que me decanté por esta otra: sana, suave, ligera y
muy rica.
Ingredientes:
½ Cebolla
1 Calabacín de unos 600 gramos
4 Lonchas grandes de jamón cocido
3 Cucharadas rasas de harina
Leche (aproximadamente ½ litro)
Aceite de oliva virgen extra
Nuez moscada
Sal
Pimienta
Perejil fresco picado
Preparación:
Se corta muy fina la cebolla y se pocha en un chorrito de
aceite. Cuando está ligeramente dorada, se añade la merluza troceada en dados
pequeños. Una vez ha rehogado
brevemente, se añade la harina, espolvoreándola para que no forme grumos. Tras
cocer unos segundos, se vierte la leche fría. Se condimenta con sal y, pimienta
y nuez moscada recién molidas. Se deja a fuego lento, removiendo de vez en
cuando, hasta que obtengamos una masa de consistencia parecida a la de las
croquetas.
Mientras tanto, con ayuda de una mandolina o cuchillo muy
afilado, se cortan a lo largo los calabacines en lonchas muy finas. Se cocinan
al vapor hasta que están flexibles, pero no blandas.
Para montar los canelones, se pone en la encimera un trozo
grande de papel film y, encima de éste, tres lonchas de calabacín de forma que
se solapen unas con otras. Sobre éstas, se
coloca la loncha de jamón y, a continuación, en la parte más corta de
nuestra base, el relleno de merluza en suficiente cantidad para que quede un
canelón grande. Se envuelve en el papel film y se guarda en el frigorífico para
que no pierda la forma.
Media hora antes de consumir, se precalienta el horno. Se
les quita el envoltorio de plástico a los canelones y se hornean a 180 grados
durante unos 10 o 15 minutos. Para presentarlos, se vierte sobre ellos un
chorrito de aceite de oliva virgen extra con perejil fresco muy picado.
Consejos
Para ablandar los calabacines, se puede optar por el vapor,
como en mi caso, o hacerlos escaldados,
al microondas o a la plancha, como más guste.
En cuanto a la idea del jamón cocido, yo lo incluí en la
receta para que le diera cuerpo al canelón y éste no se deformara. Se puede
suprimir o sustituir por jamón serrano, queso, pavo, etc.
Asimismo, se puede cambiar el aceite con perejil por una
salsa de tomate, de pimientos, de gambas picantes…o, simplemente, cubrir los
canelones con queso rallado antes de hornearlos. La necesidad de que esta
receta fuera lo más cardiosaludable posible, me hizo decantarme por el aceite
aromatizado.
Sana y buena.Gracias por compartir.
ResponderEliminarBesos
Qué receta tan estupenda, sana y diferente para esta Navidad. Gracias súper cocinera!
ResponderEliminar