En
un impulso entusiasta por su buen precio, me lancé a la compra de una melva,
sin haberlo hecho antes. Una vez en
casa, me planteé qué hacer con semejante bicho, con perdón, hasta que
resolví congelarla para elaborar una empanada cien por cien casera. El
resultado: deliciosamente única.
Ingredientes:
Para la masa:
400 gr. Harina de trigo
1 Vaso de agua (200 ml aprox.)
2 Huevos
Sal
20 gr. levadura fresca
Una pizca de pimentón dulce
Aceite de oliva virgen extra
Harina para trabajar sobre la encimera
Para el relleno:
Una melva (suelen pesar un kilo y medio aproximadamente)
2 Cebollas
3 Dientes de ajo
1 Taza grande de salsa de tomate casera
Albahaca
Tomillo
Orégano
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
1 Huevo (para pintar la masa)
El primer paso es hace la masa de la empanada. Para ello,
se pone en un bol amplio o en la encimera, la harina, un pellizco de sal y otro
de pimentón, Se hace un hueco en el centro y se le añaden los dos huevos
batidos. Se va mezclando bien y se vierte el vaso de agua templada, en la que hemos
disuelto la levadura. Se sigue amasando y
ligando todos los ingredientes. Finalmente, se echa un chorrito generoso de aceite
de oliva virgen extra. Se trabaja hasta tener una masa húmeda, pero manejable.
Se pone en un cuenco, se cubre con un paño y se deja reposar hasta que dobla el
tamaño (una hora aproximadamente si el ambiente es cálido).
Si la melva es fresca, es mejor haberla congelado
previamente para evitar riesgos. El día
antes de hacer la empanada, basta con ponerla en el frigorífico para que se
descongele poco a poco.
Se podría poner en el sofrito en crudo, pero a la hora de
quitar todas las espinas e impurezas, lo más recomendable es darle un hervor de unos diez minutos en abundante
agua salada. Cuando ha enfriado, se desmenuza y se reserva.
Para hacer el relleno, lo primero es pochar a fuego lento
las cebollas en juliana y los ajos picados. Se añade la melva, se mezcla bien, y se agrega
la salsa de tomate. Se condimenta con las hierbas, la sal y la pimienta, y se
deja enfriar.
La masa se divide
en dos partes. Se estira una de ellas y se pone sobre la bandeja del horno. Se
distribuye encima el relleno, dejando un poco de borde para poder cerrar la
empanada. Se estira la segunda porción de masa y, con ella, se cubre el
relleno. Se pellizca alrededor cogiendo las dos masas de forma que quede bien
sellada. Se hace un agujero en el centro para que salga el vapor. Se pinta con
huevo batido y se mete en el horno precalentado. Se hornea los primeros 15
minutos a 180 grados y, pasado este tiempo, se sube a 200 grados durante unos
15 minutos más o hasta que está dorada.
Consejos:
Si hacer la masa supone un engorro, las venden ya precocinadas
con una gran calidad, aunque en sabor y textura no
son comparables. Aparte de la “pericia” que
hay que emplear en hacerla, también es cierto que requiere una predisposición,
pues el tiempo de amasado y de reposo hay que cumplirlos ineludiblemente.
En cuanto al relleno, se puede sustituir la melva por atún,
bonito, sardinas, lomo de cerdo, etc. También se le pueden añadir más verduras
de las que he sugerido; por ejemplo, el pimiento
verde o rojo, le van muy bien.
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