Cuando
los siete enanitos coreaban “puchero gallego”, probablemente pensaban en este
rico caldo de grelos, que reconforta aunque sólo sea invierno en el calendario.
Más contundente que una sopa, sin llegar a serlo tanto como un potaje, es un primer plato excelente.
1 Manojo grelos
1 Cebolla
3 Patatas medianas para guisar
1 Chorizo gallego o, en su defecto, su hermano asturiano
1 Taza de alubias blancas cocidas
1 l. Caldo de pollo
Sal
Pimienta
Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Lo primero que hay que preparar son los grelos. Se les
cortan los tallos, se lavan bien para eliminar los restos de tierra y se
trocean.
Para que pierdan el amargor, se blanquean en agua hirviendo
durante unos minutos. Pasado este tiempo, echarlos a un bol con agua fría y hielo.
En una olla, se pone un chorrito de aceite y se sofríe la
cebolla cortada fina. Una vez ha empezado a tomar color, se añade el chorizo
troceado.
Pelar y partir las patatas chascándolas como para guiso. Agregarlas
a la cacerola, revolviéndolas con la cebolla y el chorizo para que se impregnen
de su grasa.
Verter el caldo y dejar a fuego medio hasta que las patatas
están casi hechas. Entonces, echar los grelos y cocer unos cinco minutos.
Introducir las alubias cocidas, comprobar el punto de
cocción de las patatas y los grelos, y rectificar de sal y pimienta.
Servir bien caliente y disfrutar.
Consejos:
Dependiendo de las zonas, los grelos pueden ser bastante difíciles
de encontrar. En mi caso, solo los consigo en unos pocos puntos, así que
aprovecho para abastecerme y lo que hago es limpiarlos, escaldarlos y, una vez
bien escurridos, los congelo en bolsas.
En cuanto a las
alubias, opto por comprarlas en conserva, dan menos gases, no hay que tener la
precaución de ponerlas en remojo y siempre están en su punto.Si quieres un plato más
contundente, le pones bastante legumbre y, en vez de usar caldo de pollo, haces
uno potente con ternera, lacon, unto y embutidos gallegos.
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