Todo
un homenaje al chocolate y al rasgo más característico del joven cumpleañero:
ese apéndice en su rostro que, siendo rubio, ha caneado con el paso de los
años. La tarta, buenísima, intensa como la vida vivida con pasión.
Ingredientes:
(La receta es del maestro del chocolate David Pallás)
Para el bizcocho:
120 gr. Chocolate negro (80 % cacao)
100 gr. Mantequilla
120 gr. Azúcar glas
6 gr. Cacao puro en polvo
36 gr. Yemas de huevo
120 gr. Claras de huevo
Ganache:
330 gr. Chocolate negro (60 % cacao)
220 ml nata para montar
Baño de chocolate:
125 gr. Azúcar
100 gr. Agua
50 gr. Cacao en polvo
75 gr. Chocolate negro (70% cacao)
75 gr. Mantequilla
Mi decoración:
100 gr Chocolate negro suave (50 % cacao)
Colorante dorado en polvo
Preparación:
Este pastel tiene tres elaboraciones: el bizcocho, la cobertura
o ganache y el baño que le aporta el toque lustroso.
La característica principal del bizcocho, es que carece de
harina. Esto le hace especial en cuanto a la textura, pero también en el
horneado, ya que, si bien precisa de poco tiempo porque solo tiene que cuajarse el huevo, no
es menos cierto que si no lo controlamos bien, puede quedar demasiado seco e
incluso quemado en los extremos y crudo
en el centro. Mi recomendación es hacerlo en un molde ancho y bajo (de 22 a 24
cm. de diámetro).
Tras estas aclaraciones, comienza el proceso: Hay que
montar las claras con el azúcar, pero solo
un poco, ya que no se trata de hacer un merengue. Se le añade el cacao en polvo
y se reserva.
En un bol aparte se mezclan las yemas con el chocolate
derretido y la mantequilla a punto de pomada. Se une a las claras con ayuda de
una espátula y se pone en un molde donde se hornea durante unos 15 minutos a
180 grados.
Mientras tanto, hacemos la ganache, que no es más que la mezcla de nata con chocolate. Se
hierve la nata y se le introduce el chocolate, removiendo bien para que se
funda. Se deja refrigerar unos 10
minutos en la nevera para que endurezca.
Para elaborar un baño final que quede brillante y cremoso,
hay que hacer primero un almíbar ligero con el azúcar y el agua. Una vez que se
diluye el azúcar, se aparte del fuego y se le añade el cacao en polvo. Se mezcla
con la mantequilla fundida y el chocolate y se reserva.
Cuando la ganache
ha reposado, se monta levemente con unas varillas y se cubre con ella el
bizcocho de chocolate, intentando que quede lo más liso y estético posible.
Se introduce en el congelador unos 15 minutos para que esté
muy frio cuando se le dé el toque final.
Pasado este tiempo, se coloca sobre una rejilla y se cubre
con el baño de chocolate templado (34
grados aprox.) Transcurridos unos minutos se pone en la bandeja en la
que lo vamos a presentar y se decora como más nos guste, con figuras de
chocolate, fresas, frutos secos, etc.
En mi caso, realicé una plantilla del bigote con papel
grueso de plástico comprado en una tienda especializada. Sobre el chocolate
previamente fundido, pero ya solidificado (sin endurecerse del todo) recorté la
forma elegida y pinté con colorante
dorado en polvo.
Consejos:
Esta tarta es muy intensa, no solo por las elaboraciones
que lleva, también por el porcentaje de cacao utilizado, pero se puede rebajar
la concentración e, incluso, realizarlo con chocolate con leche.
Si dudas de tu habilidad para cubrir el bizcocho con la ganache de manera que quede lisa y perfecta, te recomiendo introducirlo
en un molde más grande y verter la crema cubriendo los lados y la parte
superior. Así, al desmoldarla, quedará con la forma adecuada.
En cuanto al baño, la fórmula de David Pallás me parece muy
interesante, ya que confiere una cobertura cremosa, es fácil de extender y
puede tener muchas utilidades. Con las cantidades que él aconseja me sobró y aproveché
para chocolatear unas fresas.
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