Cuando
como crepes, siempre me viene ese recuerdo infantil dulce y pegajoso de los que
comíamos en Torremolinos. Seguramente no por ser los mejores que he probado,
pero sí por ser los primeros, por esa novedad que en esos años representaba
esta preciosa localidad malagueña. Parece mentira que apenas quince kilómetros
te sumergieran en un mundo desconocido de ocio, moda y gastronomía.
Ingredientes:
Para la masa de crepes:
2 Huevos camperos
250 gr. Harina
Un vaso grande de leche
1 Cucharada de azúcar
Sal (una pizca)
Aceite de oliva virgen extra
Para el relleno:
200 gr. Mascarpone
1 Cucharada azúcar glas
Salsa o mermelada de higos (yo usé una salsa de higos al
oporto que compré hace tiempo en una tienda gourmet)
Azúcar de caña para caramelizar las crepes
En una jarra se ponen todos los ingredientes de la masa de
crepes, menos el aceite, y se mezclan con la ayuda de una batidora. Si se desea,
se puede hacer a mano, pero realmente no se altera la calidad por batirlos a
máquina.
Una vez hecha, se deja reposar una media hora en el
frigorífico.
Mientras tanto, se puede ir preparando el relleno, que es
tan fácil como unir el azúcar glas con el queso mascarpone, de forma que quede
una crema suave.
Para proceder a hacer las crepes, lo primero que hay que
tener es una buena sartén antiadherente,
es fundamental para que esta tarea no se convierta en una pesadilla de masas amorfas.
Se engrasa la sartén con unas gotas de aceite y, cuando
está caliente, se vierte un cucharon de
la masa. Debe cubrir toda la base del recipiente, pero quedar muy fina. Se deja
cuajar hasta que comienzan a dorarse los bordes. En ese momento, se vuelve con ayuda
de una espátula grande o cogiéndola con los dedos. Este proceso se repite con
cada una.
La primera suele ser la que queda peor y la que nos índica
si la masa tiene la consistencia adecuada. Si está muy espesa, se aligera con
un poco de agua fría. Debe tener la suficiente fluidez como para moverse por la
sartén cuando la echamos sobre ella, pero sin llegar a ser aguada.
Cuando están todas listas, se rellenan con la crema de
queso mascarpone que hemos preparado. Para caramelizarlas, se espolvorean con
azúcar de caña, colocándolas unos segundos en el grill, de nuevo en la sartén,
o con ayuda de un soplete de cocina.
Por último, se
rematan con la salsa de higos.
Consejos:
Si no tienes salsa de higos o no te gusta esta fruta, con
mermelada o coulis de frambuesas o cualquier fruto rojo, quedan igualmente
buenas.
En cuanto al proceso de cuajar las crepes, no es difícil,
tan solo requiere un poco de pericia al principio para volverlas, y, sobre
todo, disponer de la sartén adecuada.
Referente a la forma de presentarlas una vez rellenas, se pueden enrollar sobre sí mismas como un
periódico; doblarlas por la mitad como un abanico; hacer dos dobleces para que
quede triangular; formar un saquito y cerrarlas con una ramita de cebollino…las
posibilidades son muchas y la imaginación infinita.
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