Efectivamente,
porque ya que la elaboré para darme un capricho, aproveché para echarle todo
aquello que me gusta. Afortunadamente fui comedida, ya que, por gustarme, me gusta todo lo que se come
frio o caliente, crudo o cocinado, pero no era cuestión de abusar. Dice mi hija
que el mejor regalo para mí es alguna exquisitez gastronómica. Qué bien me conoce!
Cómo cambiamos con la edad…Cuando era pequeña siempre decía a mi madre, “tráeme
algún regalo, pero que no sea de comer”.
Ingredientes:
1 Tarrina de queso crema
1 Yogur natural cremoso
250 gr. Cerezas o picotas
4 Cucharadas azúcar glas
200 gr. Brownie (o cualquier otro bizcocho similar de
chocolate)
Hojas de menta para adornar
Preparación:
Se mezclan con unas varillas el yogur y el queso, y se
añade el azúcar glas.
Se despepitan las cerezas y se dividen en mitades de manera
que no se deformen mucho.
El brownie se trocea con las manos o un cuchillo en
pedacitos similares a las cerezas.
A la hora de montar las copas, se alternan capas de crema
de yogur con otras de cerezas y trozos de bizcocho.
Se enfrían bien y se sirven adornadas con unas hojas de
menta.
Consejos:
El tipo de bizcocho de chocolate que le va a este postre es
aquel en el que predomina el cacao. También va muy bien con los que se hacen
sin harina y son un poco amargos.
Si no quieres hacer porciones individuales, te recomiendo
que utilices unas hojas de gelatina para darle consistencia y no se desparrame
cada vez que sirvas una porción.
Como dije, esta copa es
a mi antojo, pero puede ser al de cualquiera y ponerle fresas,
frambuesas, albaricoques, etc. como
frutas alternativas. Asimismo, se puede añadir algún sirope o sustituir el
queso y el yogur por helado. El caso es disfrutar.
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