Lo
confieso, el cocido me estresa: hacer la sopa, mantener las carnes en su punto,
la bola….en cambio, me encanta la anarquía de la berza en la que todos los
ingredientes se comen juntos y también revueltos.
Ingredientes:
¼ k. Garbanzos
½ Pollo
¼ k. Jarrete o
morcillo de ternera
1 Hueso de jamón
1 Trozo de tocino
1 Chorizo
1 Morcilla
½ k. Habichuelas verdes (judías verdes)
300 gr. Calabaza
2 Patatas
Sal
Agua
Preparación:
La noche anterior es necesario poner los garbanzos en
remojo en agua templada con sal.
Para la elaboración de este plato es necesario contar con
una olla grande, ya que son muchos los ingredientes que tienen que cocinarse en
ella. Los primeros que se ponen: el pollo, la ternera, el hueso de jamón y el
tocino, llenando de agua a continuación.
Se coloca al fuego
y, cuando empieza a calentarse, se añaden los garbanzos escurridos del agua de
remojo. Se tapa y deja cocer a fuego medio, desespumando de vez en cuando para
eliminar las impurezas que salen a la superficie.
Mientras tanto, se quitan las hebras a las habichuelas o
judías verdes y se cortan en trozos. Se pelan la calabaza y las patatas. Cuando
las carnes y los garbanzos están
prácticamente tiernos, se añaden a la
olla. En total, el potaje debe hervir un mínimo de dos horas.
En cuanto a la
morcilla y el chorizo, me resulta muy fuerte el sabor que dan, por lo
que prefiero hacerlos aparte en un cazo pequeño con un poco del caldo. Esto
obviamente depende de cada cual, ya que hay personas a las que les gusta
cocerlo junto a los demás ingredientes.
Antes de apagar el fuego,
se prueba la berza para rectificar el punto de sal.
Consejos:
Tradicionalmente se completa con un sofrito de cebolla,
ajo, comino y pimentón dulce que se agrega a la olla poco antes de apagar el
fuego. En mi caso, me gusta mucho sin la necesidad de este último paso.
Con la berza ocurre como con tantos otros platos de la
gastronomía popular, que en cada familia se hace de una manera: con repollo,
cerdo, habas, etc.