lunes, 13 de julio de 2015

NARANJAS SOUFFLÉ HELADAS


 
Cuando era niña, el postre que más me gustaba eran las naranjas heladas y disfrutaba como tal comiéndolas en verano en los chiringuitos que frecuentábamos. Aún me encantan, pero como mi paladar se ha acostumbrado a otros manjares a los que  me cuesta renunciar; las reservo para cuando vamos a algún restaurante oriental, en los que los postres suele ser su punto flaco, pero siempre tienen la consabida carta de helados.
  

Ingredientes:

4 Naranjas de mesa
4 Hojas gelatina neutra
3 Cucharadas zumo de limón
2 Yogures naturales (pueden ser desnatados) o 200 ml. de nata para montar (para una textura más cremosa)
3 Claras de huevo
Ralladura de la piel de una naranja
100 gr. Azúcar 

Preparación: 

Las naranjas van a servir como recipiente de nuestras cremas soufflé y, por ello, lo primero es quitar con cuidado la parte de arriba de cada pieza y vaciar toda la pulpa en un bol.
A continuación, cortamos levemente la parte inferior de las naranjas para que puedan mantenerse de pie.
El siguiente paso  lo dejo a elección de cada uno. Se puede guardar en frio cada naranja vacía hasta el momento de rellenarlas; o, si quieres evitar cualquier impureza que pueda haber en la cáscara, blanquearlas unos segundos en agua hirviendo y pasarlas a continuación a un bol con  agua helada para que no se reblandezcan. Secar y guardar en el frigorífico.
Para hacer el relleno, se comprueba que la pulpa no tiene pepitas ni restos de cáscara interior y se tritura hasta que quede lo más fina posible.
Se pone a calentar en un cazo con el azúcar mientras se hidratan las hojas de gelatina en agua fría.
Cuando la pulpa comienza a hervir, se aparta del fuego y se agrega la gelatina escurrida. Se remueve con una varilla para que se integre bien y se cambia a un bol para que enfríe.
Para acelerar este proceso, se puede realizar lo que llaman baño maría invertido, que consiste en meter el bol donde tenemos la mezcla de naranjas caliente, dentro de otro bol más amplio con hielo. Cuando ha enfriado, se echan los dos yogures naturales y la ralladura de naranja, removiendo para que se integren bien.
Se montan las claras  con el zumo de limón hasta que quedan en un punto fuerte, es decir, cuando se puede volcar el recipiente sin que se caigan.
Se vierten poco a poco las claras en la crema de naranja mezclando con cuidado para que mantenga el aspecto esponjoso.
Se rellenan las naranjas y se meten en el congelador hasta el momento de comerlas.  

Consejos:

Te sobrará relleno, así que ten preparadas copas o moldes. Quedarán muy bien decorados con sirope, frutos rojos o nata montada.
En cuanto a las naranjas heladas, a mí me gusta cerrarlas sin que rebose la crema, porque me da un aspecto más limpio y creo que está más protegido el interior. En el caso de servirlas sin congelar, es mejor rellenarlas con manga pastelera y acabarlas con un bonito copete.
Hay  que tener en cuenta que los helados en casa nunca adquieren la textura de los profesionales, por lo que hay que tener previsto sacarlos con tiempo para que vayan tomando temperatura.

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