Esta
receta se la debo a Silvia, una amiga italiana. Ella es vegetariana y encontró
en este plato la mejor alternativa a la clásica lasaña boloñesa. Desde que la
hago, tengo que decir que mis hijos no quieren otra. Y yo, tampoco.
Ingredientes:
12 Láminas de lasaña (prefiero la marca Barilla, es muy
buena y se usa sin necesidad de cocción, ni remojo)
4 o 5 Bolas de mozzarella fresca
40 gr. Piñones
2 Dientes de ajo
1 Ramillete de albahaca fresca
½ Vaso de aceite de oliva virgen extra
150 gr. Parmesano (aproximadamente)
Para la bechamel:
2 Cucharadas soperas de mantequilla
2 Cucharadas soperas de
aceite de oliva
3 Cucharadas soperas colmadas de harina
1 l. Leche
Sal
Nuez moscada
Preparación:
En una sartén o cacerola ancha se pone a fundir la
mantequilla con el aceite para hacer la bechamel. Una vez derretida la
mantequilla, se añade la harina, y se revuelve con una varilla para disolverla
bien. Se deja cocer un minuto y se añade la leche sin dejar de mover. Se agrega
una cucharadita de sal y nuez moscada recién molida. Se deja a fuego bajo hasta
que adquiere una consistencia cremosa, pero no muy espesa. Es importante
remover con frecuencia para que no se
formen grumos.
Mientras la bechamel se hace, se cortan las bolas de
mozzarella en rodajas finas. Si están muy blandas, las porciones no serán
regulares, pero no importa. Se reservan.
A continuación se hace el pesto. Se ponen en el vaso de la batidora los ajos
pelados, los piñones, el aceite de oliva y las hojas de albahaca y se tritura.
Para montar la lasaña, se procede de la siguiente forma:
se cubre el fondo de la bandeja con bechamel. Se ponen cuatro láminas de pasta. Se coloca una tanda de rodajas de
mozzarella. Se cubre con bechamel. Se rocía con pesto y se ralla parmesano.
Este proceso se repite dos veces más, acabando con una buena capa de queso
parmesano. Se hornea a 200º durante 30
minutos aproximadamente, y se saca cuando la lasaña está dorada.
Consejos:
Esta lasaña queda mejor si se elabora con tiempo y se
deja reposar un rato antes de meterla en el horno.
De la calidad de la mozzarella dependerá la cremosidad de
la lasaña, si bien es cierto, que será más difícil de cortar. Si no se quiere
correr riesgos en la presentación, la solución es optar por recipientes
individuales.
En cuanto al pesto, se puede elaborar en un mortero o en
la batidora. Si se hace a mano, el color verde será más intenso y los trozos de
piñones se apreciarán más, pero, al ser tanta cantidad, requerirá de paciencia
y un buen brazo.
Este finde la pruebo y os digo, tengo unas ganas por que tiene buena pinta y es diferente a la lasaña que yo hago siempre con carne
ResponderEliminarLa hice este verano pues una señorita llamada Marta me la recomendó y vaya éxito, nos encanto a todos. Un saludo
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