La
tortilla de patatas con ajo y perejil debe ser una herencia familiar, ya que en
ningún otro lugar me la han servido. Mi toque personal es hacer las patatas a
muy baja temperatura, para que cuezan en el aceite, en vez de freírse.
Ingredientes:
1 k. Patatas
6 Huevos camperos (aproximadamente)
Aceite de oliva virgen extra
Sal
2 dientes de ajo picados
1 Ramillete perejil fresco
Preparación:
Se pelan las patatas y se cortan en forma de media luna,
de medio centímetro de grosor aproximadamente.
En una sartén honda y grande se pone a calentar el aceite.
Una vez están todas las patatas cortadas, se salan y se
ponen a freír a fuego bajo, para que se confiten en el aceite y no lleguen a
dorarse. Deben quedar blandas, sin
importar que se rompan. Cuando las patatas casi están, se hace un hueco en el centro de la sartén y se ponen
los ajos picados para que cojan temperatura. Posteriormente se saca todo a un
escurridor para que suelte el aceite sobrante.
Mientras tanto, se baten los huevos, se les añade la sal
y el perejil picado. Se incorporan las patatas con los ajos y se une todo bien.
En una sartén antiadherente, se echa una cucharada de aceite
y, una vez caliente, se vierte la mezcla anterior y se hace la tortilla más o
menos cuajada, según el gusto de los comensales.
Consejos:
Los huevos camperos suelen ser más pequeños, por lo que si se usan normales quizá la
tortilla necesite menos. Además, dependerá de las patatas, ya que las nuevas
tienen más agua.
La patata a baja temperatura absorbe más aceite, por lo
que es tan importante ponerlas en un escurridor para que la tortilla no resulte
aceitosa.
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